El día 26 de julio de 1937, al
cumplirse el primer aniversario de la muerte del médico jerezano Solís Pascual,
se inauguró en su memoria un monolito en el lugar que un disparo de los Defensores
le arrebató la vida, en plena juventud, como tantos jóvenes que la perdieron en
la Guerra Civil. A la misma hora que llegábamos a la Alameda, después de
recoger la fruta de la viña, al mismo lugar donde cayó muerto el joven médico, coincidimos
mi padre y yo con una aglomeración de militantes de Falange que escuchaban unas
palabras de su jefe enalteciendo la figura del caído. Una vez concluidas las
palabras, se cantó el “Cara al sol” y todos los asistentes levantaron el brazo
derecho a excepción de mi padre; mi
padre no dejó de levantar el brazo como gesto de desacato, que en aquellos
tiempos haría peligrar su vida, sencillamente dejó de hacerlo porque tenía un
golondrino. Un jefe o simplemente afiliado a Falange le gritó con tono de
reconvención y amenaza:
“¡Francisco,
levanta el brazo que te conocemos¡”.
En medio de aquella multitud no pudo
informarle de su padecer y tuvo que aceptar la humillación resignadamente. El
que gritó era un vecino cuyas iniciales de su nombre y primer apellido eran
B.G.
Como mi padre murió en 1973, hago
memoria de cuando ya de mayor, pues cuando sucedió el lamentable suceso que
precede solo tenía 12 años, así discurrió la conversación: En general, en todos
los regímenes tiránicos la supremacía moral es un delito grave; no valen más
palabras que las que pronuncian el usurpador o sus acólitos. Lamentablemente
para ellos los aciertos de los independientes, aunque económicamente les
beneficiaran a ellos, les contrarían porque les quitan prestigio por una parte
y por otra porque el déspota se justifica de sus desmanes cuando otros cometen
barrabasadas o simples perjuicios sociales. Ello justificaría que cuando se
evitó la quema de la casa residencial de los Lobatones, jerarcas del movimiento
y dueños se lo echaran en cara y se pelearan con su benefactor. (Cf. mi
artículo “La quema de la Casa señorial” )
Otra acción loable fue que se logró
frustrar que se quemara la Iglesia.
En su vida pública había logrado
otros pequeños éxitos contra los pretendidos fantasmas o contra las supersticiones. https://prudenciocabezas.blogspot.com/2020/05/francisco-cabezas-vegazo-iii.html
https://prudenciocabezas.blogspot.com/2020/05/francisco-cabezas-vegazo-iv.html
En toda sociedad desmoralizada como
la nuestra, por la falta de altura de
mira de los pseudo-jefes, no se comprende ni la generosidad ni el altruismo.
Como epílogo triste he de consignar
que B.G., poseyendo una novia de toda la vida y que, ya maduritos, desde años
juntaban para casarse, a decir de la gente, arrambló con todo el dinero y
rompió todo sentimiento y proyecto de hogar.
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