lunes, 6 de abril de 2020

Experiencia

Experiencia



Recientemente hube de realizar  una operación de cierta importancia en la dehesa. En la parte observable desde sus carriles veíamos que no se estaba realizando su labor con el rigor  que  habíamos  estipulado.  Y nos  hicimos la pregunta : Si en la parte visible no se cumple lo pactado, en la parte no carrileada y por tanto no comprobable desde el coche, las deficiencias tal vez  sean  mayores. Y ante la duda resolvimos comprobarlo a pie. En efecto en esta zona  se había incurrido en más incorrecciones.-

La contrariedad me trajo a la mente: Si es lamentable tener que censurar  y padecer el incumplimiento de lo pactado en zonas comprobables, lo será  aún más comprobar deficiencias  por defectuosa realización de lo tratado, cuando  por lo abrupto del  terreno no es verificable.-

Proseguí la marcha por  una vereda  que aunque muy pedregosa era  de poca pendiente.-. Había recorrido aproximadamente un km. Y aún quedaba otro para reunirme con mi hermano que esperaba con el coche. Pero el panorama cambió desfavorablemente : carecía de vereda y tenía inclinación llegaba a 45 grados.-Más que una ladera muy empinada era un barranco intransitable. La dificultad se acrecentaba porque empezaba a oscurecer, y el riesgo se convertía en peligro porque los músculos de deambula r daban señales de  agotamiento tal que apenas permitían mantenerme en pie. Tras varias caídas, opté por llamar a mi hijo Julio con resultado negativo; insisto en mi empeño y logro conectar con mi nuera  que con presteza moviliza a Julio que a su vez requiere la colaboración de la Guardia Civil. Yo no dejaba de vocear  a mi hermano, que aun distaba de mí casi un Km. él a su vez me llamaba insistentemente.-Pero entonces ocurre algo alentador, positivo: Los hijos de mis vecinos Martín  y Francisco Valle Morales,  de los que había una distancia desde años por faltas de entendimiento,  oyen las voces y en la noche obscura sin luna llega hasta mi José Manuel  Valle hijo de Francisco, que superando sus limitaciones me saca de lo más intrincado e intransitable. Ya en zona más clara se hace cargo de mi un Guardia Civil y me conduce a un Todoterreno,  para otro vehículo  aun sería el monte intransitable,  propiedad de Juan Valle Montero quien a su vez me traslada hasta el coche de la citada Guardia Civil que me trae a mi domicilio .-

Afortunadamente de esta pequeña travesura y mayor  experiencia solo me queda un rasguño en la frente, cierto leve dolor en una pierna de las reiteradas  caídas  y el profundo agradecimiento a José Manuel , Juan, y a la Benemérita G. C.



Prudencio Cabezas.-

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